Recuerda mirar la Luna

Hace mucho que no escribo por aquí. Es verdad que esta sección fue ideada como un lugar donde verter los pensamientos paralelos en torno a la afición. Un lugar donde poder expresarte sin otorgar el derecho a réplica a nadie porque lo que tienes que decir aquí es una reflexión tan personal que no acepta réplica.

Desde este mismo instante aviso que al 95% de la gente esta columna le va a parecer insulsa y carente de interés y contenido. Sólo habrá una parte muy ínfima de personas a las que podré llegar precisamente por su estado vital en el momento de leer estas líneas. Me dirijo a ellos y, principalmente, a mi mismo. A los demás mis disculpas.

Recuerda mirar la Luna. Vivimos en un mundo histérico donde no puede pasar un segundo sin que estemos haciendo una o más cosas al mismo tiempo. Donde pasamos de una conversación a otra a toda prisa o incluso mantenemos varias de manera simultánea.

Aunque esto es algo totalmente transversal me ceñiré a los juegos. ¿Qué sale esta semana? ¿Cuándo quedamos para probarlo? ¿Alguien puede ir al club el domingo por la tarde? ¿Has visto este último KS? Mis últimos meses (¿años?) han sido así por completo. Y la verdad es que cuando estás metido en eso te sientes muy vivo, muy ilusionado, pero en realidad te estás comportando como un robot. Nada de lo que haces en esa vida tan apasionante tiene trascendencia alguna porque sin terminar algo ya estás pensando en empezar lo siguiente, todo da igual, lo que importa es la cantidad de juegos, el número de partidas, el dinero gastado. En qué, cómo o para qué no es importante.

Pero entonces la vida a veces te pone en tu sitio y a veces ese sitio es bastante oscuro y te das cuenta de que en esa vorágine das cosas por supuestas que no lo son. Piensas que esas cosas van a ser así siempre y por eso te preocupas por hacer otras cosas. Pero no, no es así y cuando estás frente a ese abismo donde todo lo que dabas por hecho se cuestiona te das cuenta de lo estúpido que has sido durante todo este tiempo.

A veces hay que pararse durante unos minutos para mirar al cielo y contemplar la Luna. Si lo hiciéramos estaríamos viendo lo mismo: ese astro que lleva tanto tiempo ahí que ni siquiera recuerdas la primera vez que lo viste y que jamás te imaginarías que pudiera faltar porque si faltara sería un desastre. Recuerda mirar la Luna.